¿Dónde pondría yo un cartel para convocar a todas las obreras del mundo que sólo tuvieran acceso ellas y no sus jefes?
Evidentemente, esto no se puede ver en las calles de Guadalajara, pero yo sí que lo he visto hoy y me he acordado de que de vez en cuando hay gente -amigos en general- que ve este blog.
Las ruinas de la plaza pasaron a la historia y debajó de construyó un moderno aparcamiento...
El otro día pasé al lado de Rector y de un colega que estaban cambiando el precioso mural que tienen junto al edificio negro y que van cambiando todos los años. Estuve en un tris de pararme, decirle que soy fan y pedirle al colega que nos hiciera una foto, pero me corté. Pues eso, qué sepas que soy fan.
Hace dos meses nos preguntábamos qué estaba ocurriendo aquí y sobre todo por qué estaba ocurriendo con tanto retraso... Aquí está: un ejercicio de estilo, de cómo debía ser por dentro la iglesia mudejar de San Gil que se dejó caer en el siglo XX mucho después de que esta ciudad cayera en desgracia y abandono. Y dicho esto de la desgracia y el abandono como algo del pasado, ¿me puede decir alguien en qué fase está ahora nuestra querida ciudad? y no me vale que me digáis que está en fase de letargo veraniego... ¿o sí?
Libros que no se han prestado NUNCA NUNCA NUNCA piden una oportunidad. Razón, la Biblioteca.
Queda extraño ver tanto vapor y tanto cable juntos, pero los colores me gustan.
En este desfile de modelos callejero les mostramos dos propuestas radicamente diferentes. A la derecha tenemos dos modelos independientes, que no desfilan juntas, sino que van cada una a su son, con vestidos leves y hasta vaporosos, que permiten que circule el aire y que los viandantes las puedan ver al volverse cuando pasan. A la izquierda tenemos al siempre provocativo David Delfín con un modelo cerrado, inspirado en los burkas que se han prohibido en algunas ciudades, que no deja a la vista ningún área de la anatomía femenina salvo parte de la cara y que a fuerza de llevarlo consigue que la mujer que entró dentro desaparezca.
